No hay dinero para llegar al hotel...
Jean Rodhain tuvo la profunda intuición de que era necesarioun lugar en el corazón de la ciudad marianapara acoger a las familias pobres, como podemos leer en este relato que hizo en 1955:
«En el andén de la estación de Lourdes, el último tren de la tarde partía hacia París. Una familia, padre, madre y cinco hijos, subió en el último momento. Los siete lograron acomodarse en los cuatro únicos asientos vacíos. El recibimiento en el compartimento fue de desaprobación ante gente tan desaliñada.
Hablamos…
pregunto a los niños: ¿Pic du Ger? ¿No conocéis Gavarnie? Nunca han oído hablar de él.
Esta gente sólo conoce la Gruta y la Basílica. Absolutamente nada más.
Me sorprende: ¿Pero cuánto tiempo lleva en Lourdes? Desde esta mañana.
Todo el compartimento jadea.
El padre explica: «Sí, es verdad, salimos de París anoche. Sólo estuvimos un día en Lourdes. Nunca habíamos visto Lourdes, y teníamos una gran gracia que pedir a la Virgen. Así que esperamos a tener suficiente dinero para el viaje. En cuanto lo tuvimos, nos fuimos. Habríamos podido pagar el hotel por dos noches si hubiéramos venido sólo los tres, pero no queríamos separarnos. Así que nos fuimos los siete, dormimos dos noches en el tren y pasamos todo el día en la Gruta. Vimos todo lo que teníamos que ver.